Recuperar la cultura del esfuerzo.
Soy aficionado al alpinismo, es un deporte que auna muchos de los valores necesarios en la vida, pero uno de ellos es el esfuerzo. La única recompensa a tantas horas de escalada es la coronación de la cima y con ello una sensación de libertat, sosiego y el haber realizado en equipo una misión con solo la satisfacción personal de conseguir un reto, a veces en condiciones climaticas adversas, com mucha exigencia corporal y mental.
Se habla largo y tendido de que las nuevas generaciones han perdido el valor del esfuerzo que nuestros padres y abuelos profesaban. Aquella cita: "Ganarás el pan con el sudor de tu frente...": Génesis, 3:19 esté en desuso en nuestros días.
La prosperidad general del país junto con el aumento de libertades a raíz de la democracia han comportado un aburguesamiento general de la sociedad. Toda la sociedad aspira a subir un peldaño en cuanto de nivel de vida y de consumo, en nuestro caso ha comportado unos hábitos desmesurados de inmediatez, de obtención de dinero fácil alimentados por unos años donde la liquidez, las facilidades de crédito y las de efectuar negocios especulativos han hecho olvidar que la recompensa viene dada de un esfuerzo previo.
Nos quejamos también los profesores que los alumnos que tenemos tanto en educación secundaria como universitaria no tienen la dedicación y el esfuerzo de años anteriores, que en general son maestros del “cortar-pegar” y asiduos de Wikipédia o Rincón del vago. Otra razón menos subjetiva que os puedo dar son que durante los años del boom económico, muchos jóvenes decidieron abandonaros los estudios y por ello un trabajo de mayor cualificación a largo plazo por la inmediatez de un salario inmediato, básicamente en sectores como la construcción y el turismo.
Deberíamos fijarnos en los grandes “iconos” del deporte mundial que siempre destacan que para ser el número 1 a parte de talento se debe tener una gran dosis de trabajo y esfuerzo.
Soy aficionado al alpinismo, es un deporte que auna muchos de los valores necesarios en la vida, pero uno de ellos es el esfuerzo. La única recompensa a tantas horas de escalada es la coronación de la cima y con ello una sensación de libertat, sosiego y el haber realizado en equipo una misión con solo la satisfacción personal de conseguir un reto, a veces en condiciones climaticas adversas, com mucha exigencia corporal y mental.
Se habla largo y tendido de que las nuevas generaciones han perdido el valor del esfuerzo que nuestros padres y abuelos profesaban. Aquella cita: "Ganarás el pan con el sudor de tu frente...": Génesis, 3:19 esté en desuso en nuestros días.
La prosperidad general del país junto con el aumento de libertades a raíz de la democracia han comportado un aburguesamiento general de la sociedad. Toda la sociedad aspira a subir un peldaño en cuanto de nivel de vida y de consumo, en nuestro caso ha comportado unos hábitos desmesurados de inmediatez, de obtención de dinero fácil alimentados por unos años donde la liquidez, las facilidades de crédito y las de efectuar negocios especulativos han hecho olvidar que la recompensa viene dada de un esfuerzo previo.
Nos quejamos también los profesores que los alumnos que tenemos tanto en educación secundaria como universitaria no tienen la dedicación y el esfuerzo de años anteriores, que en general son maestros del “cortar-pegar” y asiduos de Wikipédia o Rincón del vago. Otra razón menos subjetiva que os puedo dar son que durante los años del boom económico, muchos jóvenes decidieron abandonaros los estudios y por ello un trabajo de mayor cualificación a largo plazo por la inmediatez de un salario inmediato, básicamente en sectores como la construcción y el turismo.
Deberíamos fijarnos en los grandes “iconos” del deporte mundial que siempre destacan que para ser el número 1 a parte de talento se debe tener una gran dosis de trabajo y esfuerzo.
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