La palabra ética proviene del latín ethĭcus, y este del griego ἠθικός. Etimológicamente, las palabras ética y moral tienen el mismo significado, con diferencia que moral deriva del latín (mos) y ética del griego (ethos). En consecuencia, a veces se llama a la ética filosofía moral. Hoy en día, sin embargo, se suele decir que la moral es uno de los objetos de estudio de la ética.
La ética estudia i reflexiona sobre el hecho moral, busca las razones que justifican la utilización de un sistema moral u otro, estudia la naturaleza de lo que se considera bueno, adecuado o moralmente correcto.
En los mercados financieros se ha perdido la ética. Es cierto que los especuladores son agentes imprescindibles en los mercados para dotarlos de liquidez y amplitud de contrapartidas, y que sin su existencia no serian los mercados eficientes, y a priori podemos pensar que la ética es la antítesis de los propósitos del mercado, pero deberíamos reflexionar hasta que punto diversas actuaciones o comportamientos humanos en los mercados son realmente éticos y deberían regularse.
En general soy partidario de la liberalización de los mercados, aunque con ciertas limitaciones, ya que no considero ético que un mercado de derivados son por ejemplo el arroz, a causa de la especulación, consiga elevar tanto los precios de mercado del citado alimento, que cause que parte de la población mundial no pueda alimentarse.
El nacimiento de los derivados como instrumento financiero ha llevado muchos beneficios al sistema financiero en cuanto proporciona una cobertura para los compradores o vendedores para sus transacciones futuras, pero también son unos productos que si se sobredimensionan pueden causar grandes estragos en la economía.
Joseph Stiglitz, nobel de economía en 2001, decía hace poco en su visita a Cataluña, que “No hemos tomado el rumbo adecuado”, especialmente en Europa. Sostiene que se deberían regular más estrictamente los mercados y regular los incentivos a banqueros.
La práctica ética en el sistema financiero debería incorporar un asesoramiento y comercialización de productos bancarios adecuados al perfil de los clientes, y no al revés que sería la venta de los productos que interesan más a las entidades financieras. Es lo que comenta en su último libro “Caída libre”.
De momento los mercados siguen implacables y las llamadas “manos fuertes”, los tiburones depredadores buscan presa para saciar su voraz apetito. Ha atacado al Euro, ha caído Grecia, ¿Cuál será la siguiente presa?.........Es la matanza del cerdo, en ingles the slaughter of pigs. Lo comentaré en el siguiente post.
Les recomiendo que lean el siguiente articulo publicado recientemente en el El País.http://www.elpais.com/articulo/economia/tahur/miseria/elpepieco/20100418elpepieco_6/Tes?print=1
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