domingo, 10 de octubre de 2010

El cielo está endeudado quien lo desendeudará el desendeudador que los desendeude buen desendeudador será.



Este refrán nos recuerda a algunos tiempos pasados de nuestra infancia. Pero lo cierto es que tras los ataques a la deuda soberana en Europa entramos en una nueva fase de la crisis. España debe la friolera de 1,8 Billones de euros al exterior, ya no tenemos margen para endeudarnos más. En Cataluña los bancos han dicho basta a la Generalitat, que deberá recurrir a la emisión de bonos al 4,75% para financiarse.

El termino anglosajón "credit crunch”, constricción del crédito esta en una fase muy aguda, a la que creo se enfatizará en 2011. No tenemos margen de maniobra, ni los particulares, ni las empresas ni los gobiernos. Nuestro país debe 2,8 millones en total 1,3 las empresas, 0,9 las familias i 0,6 las administraciones. El crédito fácil que impulso el consumo en la década de los 90 hasta 2008 ha llegado a su fin

Los mercados o sea los "prestamistas" conscientes de esta realidad de la cual todo el primer mundo esa más o menos está metido, exigen a España más competitividad, y ello exigirá urgentemente reformas que mejoren la productividad.

De momento las medicinas que han sido recetadas por el gobierno han sido el aumento de impuestos por el lado de los ingresos y la  rebaja de salarios a funcionarios, congelación de las pensiones y austeridad en los presupuestos por el lado de los gastos. ¿Será suficiente?

El Nobel Joseph Stiglitz sitúa a España en la senda del corralito argentino .La deflación es la única medida de ajuste que le queda a España. Bajada de precios y salarios es lo que mejora la competitividad.

Yo creo que hemos llegado al colapso financiero, y como dice el Dr. Mario Alonso Puig, cuando nos sentimos bloqueados es por que nuestro cerebro que tiene 2 modos de reaccionar frente a los grandes retos se ha equivocado:
  1. Modo supervivencia, donde solo podemos atacar, huir o estar bloqueados.
  1. Modo de adaptación frente a incertidumbre
Ha optado equivocadamente por el modo supervivencia. Deberíamos adaptarnos. ¿Serán capaces nuestros dirigentes, nuestra sociedad de reinventarse?

Hagamos el primer paso.

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